Campaña Laget for livet de IKEA captura la vida cotidiana tal como es
Esta nueva campaña, Laget for livet de IKEA, no embellece la realidad, sino que la abraza con empatía y honestidad.
Campaña Laget for livet de IKEA Noruega muestra sus productos como se usan de verdad
“Laget for livet” es el nombre en noruego de la campaña de IKEA que significa literalmente “Hecho para la vida”. Este título refleja con claridad la filosofía central de la campaña: los productos de IKEA están diseñados para usarse de verdad, no solo para lucir bien en un catálogo.
IKEA apuesta por lo cotidiano sin maquillajes
Lo que IKEA está haciendo en Noruega con su campaña “Hecho para la vida” —o “Laget for livet”, en su idioma original— no es mostrar productos en un encuadre perfecto o idealizado. Se trata de retratar la vida tal como es: imperfecta, caótica, a veces desordenada, pero siempre real. Lejos de los hogares de revista, aquí se muestra el día a día con toda su carga de emociones, pequeños accidentes y belleza sin retoques… Y precisamente por eso, logra presentar de manera eficaz el producto que quiere vender.

Hace unos días, al ver uno de los anuncios de la campaña “Hechos para la Vida” —o “Laget for livet” en noruego—, me sorprendió y me atrapó no tanto lo que mostraba, sino lo que no necesitaba mostrar.
Me explico…
No hay escenas forzadas ni discursos elaborados. Solo una imagen quieta, un tenue sonido musical, un bebé haciendo lo suyo y dos objetos cayendo al suelo, cada uno justo al lado de una etiqueta flotante en pantalla con el nombre del producto y su precio.
Todo encaja con una naturalidad inquietante. Los productos están ahí desde el principio, pero no dominan la escena: aparecen casi por accidente. Son parte del fondo, no los protagonistas. Simplemente cumplen su función en la vida diaria de cualquier hogar. Y ahí está el verdadero mensaje: “Hecho para la vida” es un título que refleja con claridad que los productos de IKEA están diseñados para usarse de verdad, no solo para lucir bien en un catálogo.
En otros anuncios, la escena no es estática, pero sigue conservando esa misma calma contenida. Un paneo lento de izquierda a derecha nos deja ver cómo quedó el mesón de la cocina después de preparar la comida, la tabla de cortar con restos de zanahoria y cebolla, un cuchillo sin lavar… Una taza sobre la mesa y el diario sobre el mantel. No hay nada que embellezca el encuadre. Los productos promocionados solo están ahí, cumpliendo su función.
Productos hechos para el hogar y la vida diaria
Esta iniciativa, desarrollada junto a la agencia TRY y dirigida por Jakob Marky, se aleja por completo de la publicidad tradicional. Aquí no hay diálogos ni escenas sobreproducidas. Lo que domina la pantalla son los silencios, los gestos que dicen más que las palabras y una fotografía íntima y realista firmada por Benjamin Loeb. Cada plano respira verdad.
Lo más interesante es que los productos de IKEA no se presentan como piezas de exhibición en un catálogo. No están nuevos, inmaculados ni brillantes. Todo lo contrario: aparecen usados, a veces fuera de lugar, dando testimonio de su funcionalidad en esos momentos de la vida que no caben en una postal. Una olla con restos de comida recién cocinada, una lámpara encendida en medio de una madrugada de insomnio, una silla que ha soportado más de una crisis emocional. IKEA no pretende vender el hogar perfecto, sino acompañar a quienes lo habitan con objetos funcionales, resistentes y accesibles.
Retratos cotidianos que conectan por su autenticidad
“Made for Life” no es una campaña que exhibe hogares idealizados, sino una colección de escenas emocionales que conectan por su autenticidad. En cada historia, los productos —más que promovidos— aparecen de forma discreta, casi accidental, como si simplemente estuvieran ahí, cumpliendo su rol silencioso. Están presentes no como protagonistas, sino como parte de la familia.
En palabras de Annika Mørch Asté, directora de comunicación de IKEA en Noruega, los productos de la marca están “para los días buenos, para los días malos y para todo lo que hay entre medias”. Esa frase resume la esencia de la campaña: los hogares no son escenarios estáticos, sino lugares donde la vida ocurre con todas sus imperfecciones y contradicciones. Y aunque estén lejos de la perfección estilizada de Instagram, son hermosos precisamente porque están llenos de recuerdos, de vivencias, de humanidad.
Con esta apuesta, IKEA no solo vende un producto. Vende una forma de habitar el mundo sin imposturas. En “Made for Life”, la belleza no se mide por el orden ni por el brillo, sino por la capacidad de un objeto para acompañarte en lo que realmente importa. Y eso, en un mundo saturado de poses, resulta profundamente refrescante.
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