Mitologías y Narrativas Mágicas en el Marketing del Vino
Mitologías y narrativas mágicas en el marketing del vino
Este artículo es bastante peculiar, ya que trata de uvas recolectadas por vampiros leperos de buena familia, de seres con el alma negra y del diablo que habita en una bodega, de invitaciones a un trío con extraños compañeros de cama y de ángeles que roban barricas para llevarlas al cielo. Hablaremos de todo ello y de otras mitologías y narrativas mágicas en el marketing del vino.
Sírvete una copa y acompáñame.
Un mito desde sus propios orígenes
La historia misma del origen del vino se sumerge en un enigmático entramado de relatos místicos y cuentos mágicos que han perdurado a lo largo del tiempo.
Este “néctar divino”, profundamente arraigado en las civilizaciones antiguas, ha sido protagonista de innumerables narrativas que capturan la imaginación y revelan la conexión espiritual entre la humanidad y la esencia de la vid.
En el mundo del marketing del vino, las historias contemporáneas se entrelazan con las raíces místicas de antaño buscando crear conexiones emocionales entre los consumidores y las marcas, destacando la historia, la artesanía y la autenticidad detrás de cada botella.
Un elemento cargado de simbolismo y misticismo
Desde las antiguas culturas mesopotámicas, donde se veneraba a deidades como Siduri, la diosa babilónica de la cerveza y el vino, hasta las leyendas griegas que narran cómo Dionisio –o Baco, según la mitología romana– compartió el arte de la elaboración del vino con los mortales, cada cultura ha aportado su propio toque místico a la historia.
Incluso en las escrituras consideradas sagradas, como la Biblia, el vino se presenta como un elemento cargado de simbolismo y misticismo. Desde el milagro de convertir agua en vino en las bodas de Caná hasta las parábolas de la vid y el vino como símbolos de abundancia espiritual, las historias bíblicas han tejido el vino en la trama misma de la espiritualidad.
Estas narrativas no solo se limitan a divinidades y textos antiguos, sino que también se entrelazan con la naturaleza misma del proceso de producción.
La fermentación, ese proceso mágico que transforma el jugo de uva en vino, ha alimentado la imaginación y ha sido interpretado a menudo como un acto de alquimia.
Una conexión con la tierra, el arte y lo divino…
La historia del vino no es solo un recorrido a través de los viñedos y bodegas, sino un viaje que nos lleva a conectar con la tierra, el arte y lo divino. Cada sorbo nos sumerge en una experiencia atemporal, permitiéndonos saborear la magia que ha impregnado al vino a lo largo de los siglos.
Toda botella de vino narra una historia cautivadora que va más allá de su contenido líquido. En su interior se guarda también la dedicación, la pasión y el esmero de aquellos que cultivaron y cosecharon las uvas.
Cada fase del proceso de producción aporta un matiz valioso a esa narrativa en evolución. El terroir, un concepto inseparable del vino, se revela como un capítulo esencial.
En resumen, las características geográficas, el tipo de suelo y el microclima de la región de origen se expresan en cada racimo de uvas, infundiendo al vino con matices distintivos. La tierra se convierte en un narrador silencioso, dejando su huella perceptible en cada sorbo.
Narrativas mágicas en el marketing del vino
Muchas regiones vinícolas tienen leyendas sobre el origen de sus uvas o métodos de vinificación. Estas historias a menudo mezclan elementos de la historia real con toques de fantasía para crear un relato que destaque la singularidad y autenticidad del vino de la región.
Tales narrativas a menudo han sido construidas para impulsar la comercialización y la venta del producto.
Algunos vinos han sido bautizados con nombres que evocan personajes históricos, mitológicos, esculturas o figuras célebres. Estas historias pueden no tener una base completamente precisa, pero agregan un elemento de romance y atractivo al vino, convirtiéndolo en algo más que simplemente una bebida.
Algunas marcas destacan la historia de la familia que está detrás de la producción del vino. Pueden incluir anécdotas sobre generaciones pasadas, tradiciones familiares y la pasión que impulsa su elaboración. Muchas resaltan la región específica de donde provienen las uvas, describiendo el terroir, el clima y la tradición vinícola de ese lugar.
Ahora bien, lo que sigue son…
Ejemplos sacados de algunas botellas de vino
Es imposible intentar abarcar siquiera un pequeño fragmento de las innumerables mitologías y narrativas mágicas que enriquecen el universo del vino. No obstante, aquí te presento algunos ejemplos seleccionados directamente desde las etiquetas de las botellas.
Casillero del Diablo | Viña Concha y Toro, Chile.
Casillero del Diablo es una conocida marca de vinos chilenos con presencia en más de cien países. La historia detrás de la marca tiene un toque de lo que se ha dado en llamar “mitologías del vino”.
La leyenda del Casillero del Diablo es parte integral de su estrategia de marketing y ha contribuido al reconocimiento de la marca. Ella cuenta que hace más de cien años, el fundador de la casa, don Melchor Concha y Toro, escondió una preciada colección de vinos en su bodega privada, que estaba protegida detrás de una reja de hierro forjado. Sin embargo, notó que algunos de sus mejores vinos estaban desapareciendo misteriosamente.
Aprovechándose del folklore chileno y sabiendo lo supersticiosa que era la gente del pueblo, difundió el rumor de que en la bodega se estaban produciendo «extraños eventos nocturnos que solo podían explicarse de una forma: el diablo habitaba en sus bodegas».
De este modo, e impulsado por la imaginación de los lugareños, «cada sonido en la bodega, cada eco, sombra y forma, dio más valor a la historia». Los robos cesaron, y el lugar en donde don Melchor guardaba sus más preciados vinos se ganó el nombre de “Casillero del Diablo“. Es un buen ejemplo de las mitologías y narrativas mágicas en el marketing del vino.
Almanegra | Bodegas Ernesto Catena, Argentina.
Este es un buen ejemplo de un producto cuya narrativa se decanta por el misterio. Es un vino de una afamada bodega mendocina, y casi diría que son mis vecinos; por cuanto los tengo cerca, al cruzar la cordillera.
En la etiqueta de Almanegra se lee: «Existió desde siempre el misterio escondido detrás de una máscara. El juego sensual y seductor por descubrir a quién esconde, es hasta hoy celebrado en fiestas y rituales. Este gran vino guarda en su alma negra y profunda todo el secreto de su esencia, que solo se conocerá en la última copa».
Y en su sitio web señalan: «no queremos analizar, evaluar o comparar vinos como si fueran cosas sin alma. Preferimos cerrar los ojos y perdernos en los aromas y sabores de las uvas, y dejar que nos lleven a volvernos vino».
Monastrellíssimo | Monastrell, España.
Hay marcas que, tal vez sin proponérselo o sin imaginar su alcance, se han beneficiado de una inocente broma. Por ejemplo, recuerdo una etiqueta de un vino de la región de Murcia, en España, que hace unos años se hizo viral en redes sociales.
Te cuento… La etiqueta posterior de la mayoría de los vinos muestra una breve nota de cata ensalzando sus cualidades, pero los productores de Monastrellísimo, además de tales notas, agregaron un historia a manera de broma en donde decían que sus uvas eran recolectadas únicamente en «noches de apareamiento del cernícalo real» por unos «vampiros de buena familia» oriundos de la localidad de Lepe.
El texto continúa, y dice que luego «se fermenta en barricas de tungsteno construidas por glamurosos enanos carlistas con crestas de colores». Bueno, alguien tomó una foto de la etiqueta y la compartió en sus redes. La imagen se hizo viral, los diarios publicaron la nota y llovieron pedidos.
Es un ejemplo que se sale de lo convencional y habla de las mitologías y narrativas mágicas en el marketing del vino.
Ménage à Trois Winery | California, Estados Unidos.
Hay una marca de vino californiano que, con ilustraciones sugerentes y una narrativa juguetona, nos propone disfrutar de una placentera experiencia sensorial a medianoche y de un apasionado encuentro entre tres –un Ménage à Trois–, un trío con extraños compañeros de cama: Zifandel, Cabernet Sauvignon y Merlot; tres variedades de uvas… ¿Qué otra cosa esperabas?
Para su Ménage à Trois Red Blend, nos dicen: «cada variedad se fermentó por separado y luego se mezcló antes del embotellado. Además tienes Zinfandel, una broma picante que trae mermelada de moras y frambuesas a la relación. El Merlot, con su generosa sensación en boca y sus frutos rojos, encaja perfectamente en el medio. Los ricos sabores y taninos firmes del Cabernet Sauvignon lo convierten en el candidato ideal para la capa inferior del trío».
Como nota de cata para el Ménage à Trois Midnight, señalan: «Un hermoso color granate en la copa, esta lujosa mezcla Midnight te envuelve en un abrazo aterciopelado. Los sabores de mora y ciruela especiada seducen tu paladar, mientras que los toques de moca y especias exóticas permanecen en tus labios como un beso robado. Los enólogos no le temen a la oscuridad, elaboraron una mezcla verdaderamente desinhibida».
Purgatori | Familia Torres, España.
De Purgatori se dice que es un vino creado en la tierra y deseado en el cielo. Este vino, señalan, es «testigo material del paso de la orden benedictina por una tierra que les fue penitencia y descubrimiento: un clima extremo y un terruño especial para un vino superior».
La historia cuenta que, en 1770, la abadía de Montserrat enviaba a ese lugar a los frailes desobedientes para que hicieran penitencia labrando la tierra, y allí descubrieron un terroir con características inmejorables para elaborar un vino de calidad superior.
Según la leyenda, «grandes barriles desaparecían misteriosamente», y se decía que «los ángeles los llevaban a las alturas».
Toro de Piedra | Viña Requingua, Chile
Escribir en piedra es hacer una promesa inquebrantable, y Toro de Piedra, según sus productores, es «un vino que declara en su forma, tradición y resultado una clara consigna digna de escribirse en piedra».
Toro de Piedra debe su nombre a una escultura de un renombrado artista chileno, Pedro Pablo (Palolo) Valdés, quien ha realizado innumerables esculturas usando rocas con formas peculiares que le recuerden o se asemejen a las partes específicas del objeto que busca representar –en este caso, un toro–para unirlas con acero forjado.
Es una historia que entrelaza la tradición, el arte y la naturaleza.
Beso de Rechenna | Valencia, España
La etiqueta en esta botella narra una historia de amor prohibido, pero no un drama trágico al estilo de Shakespeare, sino de las otras, las románticas; aquellas que tienen un final feliz.
La etiqueta es más amplia de lo usual y cubre casi todo el frente de la botella. No he probado este vino, pero aquí lo importante parece ser la historia narrada, una leyenda medieval de amor imposible.
La historia comienza así:
«Algunos años antes de la reconquista de Valencia por Jaime I aparece la leyenda de la dama Sol. Heredera de una familia mozárabe que había mantenido la tradición del vino en Requena, generación tras generación. Sus extensos viñedos les daban categoría de aristocracia rural y siendo la doncella bellísima nadie en la comarca tenía un aspecto más noble».
Cuando los rumores sobre la producción de vino en Requena llegaron al rey almohade de Valencia, envió al Caballero de la Media Luna para erradicar la producción. Sin embargo, cuando este joven caballero conoció a la dama Sol, «se produjo una fascinación inmediata y, olvidándose de sus órdenes represoras, el musulmán quiso cortejarla como un trovador más».
Conociendo el triste deber del caballero, la dama Sol se debate entre el amor por su tierra, su tradición y su familia, y el amor por el apuesto musulmán. Habiendo llegado el momento en que el trovador solicita un beso a su dama, ella responde: No probareis mis labios sin antes probar mi vino. «Y así, en un atardecer en el que la media luna se elevaba al caer el sol, él probó por primera vez el vino, y la dama el amor».
Después, ambos se casaron en secreto y el Caballero de la Media Luna pasó a proteger la comarca de Requena y sus bodegas subterráneas, «donde maduraban vino y amor». ¿Qué opinas?
No es vino, pero su narrativa es interesante
La siguiente no está relacionada con una marca de vino, pero sirve al propósito de mostrar narrativas interesantes en el marketing.
Frangelico | Italia.
Una historia que me fascinó siendo muy joven es la que se narra en la etiqueta de la botella de Frangélico, un licor italiano a base de avellanas con un toque de vainilla y chocolate negro.
La botella de Frangélico se destaca inmediatamente debido a su forma distintiva y a una etiqueta única que capta la esencia de la historia y el sabor de este licor italiano. La botella adopta una forma que evoca la figura de un monje franciscano, con las manos juntas y entrelazadas bajo las mangas de su túnica.
Complementando esta imagen visual, la etiqueta revela de manera concisa la historia de Fray Angélico: un monje ermitaño que encontró su hogar en las colinas de Piamonte, Italia. La etiqueta desvela su pasión por la naturaleza y un conocimiento profundo de los secretos detrás de la destilación de licores únicos y exquisitos.
Un packaging bien pensado
El diseño tipográfico de la etiqueta también juega un papel crucial en la narrativa. Escrito en letras góticas, el texto se convierte en un puente entre el pasado y el presente, evocando una sensación auténtica y una conexión tangible con la rica historia detrás del licor.
Cada elemento del diseño, desde la forma de la botella hasta la elección de las letras, contribuye a la construcción de un relato que invita a los consumidores a explorar los misterios y las tradiciones que hacen de dicho producto una experiencia única y cautivadora… Esto ya parece un post patrocinado, y te aseguro que no lo es. Tan solo estamos hablando de packaging y narrativas que producen emociones en el marketing.
¿Qué es el marketing del vino?
El marketing del vino es una disciplina específica dentro del ámbito del marketing que se centra en la promoción, comercialización y venta de vinos. Implica todas las actividades y estrategias destinadas a aumentar la visibilidad, la demanda y la percepción positiva de un vino o una bodega en particular.
Las actividades de marketing del vino pueden incluir:
Promoción y Publicidad:
- Esto puede implicar campañas publicitarias en medios impresos, digitales, radio, televisión, redes sociales, así como la participación en eventos promocionales, degustaciones, ferias y festivales de vinos.
Desarrollo de Marca:
- Construir y mantener una marca sólida es fundamental en el marketing del vino. Esto puede incluir el diseño de etiquetas atractivas, la creación de una identidad visual coherente, la elaboración de mensajes de marca claros y la implementación de estrategias de posicionamiento en el mercado.
Distribución y Ventas:
- El marketing del vino también implica estrategias para asegurar una distribución efectiva del producto, incluida la selección de canales de distribución adecuados, la gestión de relaciones con distribuidores y minoristas, y el desarrollo de estrategias de precios y promociones.
Marketing Digital:
- En la era digital, el marketing del vino también abarca estrategias online, que incluyen la presencia en redes sociales, el marketing de contenidos, la optimización de motores de búsqueda (SEO), el correo electrónico marketing y la gestión de la reputación online.
Turismo Enológico:
- Muchas bodegas utilizan el turismo enológico como una estrategia de marketing, abriendo sus puertas al público para visitas guiadas, degustaciones, eventos especiales y actividades relacionadas con el vino.
En resumen, el marketing del vino es un campo diverso y multifacético que combina elementos tradicionales de marketing con estrategias específicas para la industria vitivinícola, con el objetivo de promover y comercializar vinos de manera efectiva.
Mitologías y narrativas mágicas en el marketing del vino
Storytelling en el marketing del vino
Como habrás podido notar, cuando se toca este tema, mitologías y narrativas mágicas en el marketing del vino, hay algo o más bien hay mucho de Storytelling en las descripciones mostradas. El acto de contar la historia detrás de cada botella no solo agrega un contexto emocional, sino que también crea una conexión más profunda entre el consumidor y el producto.
Al describir el proceso de producción del vino, desde el cultivo de las uvas hasta la elaboración y guarda, se crea una narrativa evolutiva que guía al consumidor a través de una experiencia cronológica. Este enfoque da vida al vino como un producto que pasa por diversas etapas, cada una con su propia importancia.
Al atribuir características y acciones humanas a la tierra y al clima, se personifica el entorno en el que crecen las uvas. Esto agrega un toque de magia y poesía al relato, permitiendo que la naturaleza misma se convierta en parte de la historia.
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La descripción detallada del terroir, destacando las características geográficas, el suelo y el microclima específicos de la región, resalta la singularidad de cada botella de vino. Este enfoque ayuda a diferenciar los vinos y acentúa la idea de que cada uno tiene su propia historia única.
Indudablemente, el arte de elaborar vino es, en sí mismo, una forma de narrativa que inspira el trabajo creativo del storyteller.
Marketing del vino y público millennial
Sin embargo, desde hace unos años, la tendencia en el mercado vinícola ha venido experimentado un cambio notable, alineándose de manera más significativa con las preferencias del público millennial.
Esta generación, conocida por su inclinación hacia experiencias visuales atractivas y compartibles en redes sociales, ha influenciado de manera considerable la manera en que se conciben y diseñan las etiquetas de vino.
La colaboración entre el storyteller y los diseñadores gráficos se vuelve esencial en este contexto. La narrativa del vino, esa historia que se entrelaza con la tierra, la uva y el arte de la vinificación, ahora no solo se cuenta en palabras, sino que también se expresa visualmente a través de las etiquetas.
La estética se convierte en un idioma propio, y las etiquetas deben ser más que informativas; deben ser una obra de arte instagrameable.