viernes, diciembre 6, 2024
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El Poder del Storytelling en el Marketing de LEGO

El Poder del Storytelling en el Marketing de LEGO

¿Quién no ha inventado historias jugando con LEGO?

El poder del storytelling en el marketing de LEGO reside en su capacidad para transformar un simple bloque de plástico en un vehículo de creatividad y conexión emocional.

Desde sus inicios, LEGO no solo ha vendido juguetes; ha vendido posibilidades infinitas, mundos imaginarios y aventuras únicas que cada persona puede construir. En lugar de enfocarse únicamente en el producto, LEGO centra su narrativa en lo que los usuarios pueden crear con él, permitiéndoles contar sus propias historias a través de cada construcción.

LEGO ha potenciado esta idea en sus campañas y productos, especialmente a través de colaboraciones con franquicias como Star Wars, Harry Potter y Batman, que inspiraron a los fans a recrear o reinventar momentos épicos.

Con películas como The LEGO Movie (La gran aventura LEGO en Hispanoamérica y La LEGO película en España, 2014), la marca ha extendido su narración al cine, mostrando cómo sus personajes viven aventuras en un mundo de bloques o ladrillos plásticos.

Esta combinación de creatividad y narración no solo aumenta el valor del producto, sino que también cultiva una comunidad global de personas que ven en LEGO una herramienta para expresar sus historias, hacer volar su imaginación y ser parte de una narrativa compartida.

Sin embargo, durante los años 90 y principios de los 2000, LEGO se enfrentó a problemas financieros que casi lo llevaron a la bancarrota.

La historia de LEGO comienza con la visión de Ole Kirk Christiansen, un carpintero danés que creía en el poder de la creatividad.

Todo comenzó con un pequeño negocio de carpintería en Billund, Dinamarca, donde se hacían muebles y trabajos de construcción, incluso fabricando casas. Sin embargo, cuando la Gran Depresión golpeó en los años 30 del pasado siglo, la situación económica obligó a la mayoría de las familias a reducir sus gastos, lo cual afectó sus ventas de muebles y grandes estructuras.

Ante esta crisis, Christiansen tuvo que adaptarse y buscar otras maneras de mantener a flote su taller y conservar a sus empleados.

Comenzó fabricando pequeños artículos de madera, como taburetes, escaleras y mesas de planchar, que tenían más demanda por su utilidad y menor costo. Pero pronto amplió su visión, y comenzó a crear juguetes de madera, algo que no solo era más asequible para sus clientes, sino también atractivo para los niños, quienes siempre necesitaban un escape en medio de tiempos difíciles.

Marketing de LEGO

Con el tiempo y tras el impacto de la posguerra, la madera se volvió escasa y más costosa, ya que los recursos estaban destinados a la reconstrucción de Europa. Esto llevó a Christiansen a considerar el plástico como una alternativa viable.

Aunque el plástico era un material novedoso y algo inusual para los juguetes en ese entonces, Christiansen intuyó su potencial. En 1949, comenzó a fabricar los primeros bloques de plástico que podían ensamblarse, sentando las bases para lo que sería el famoso sistema de construcción de LEGO.

Ese cambio al plástico transformó a LEGO de una pequeña fábrica de juguetes de madera en una empresa pionera en juguetes de construcción. Los nuevos ladrillos, duraderos y coloridos, permitían un sinfín de combinaciones, estimulando la creatividad de los niños como nunca antes.

Ole Kirk Christiansen había logrado no solo mantener a su negocio en pie, sino también reinventarlo, plantando las semillas de lo que hoy conocemos como una de las marcas de juguetes más importantes del mundo.

A inicios de los años 2000, LEGO se enfrentó a una crisis financiera que casi lo llevó a la quiebra. Era una época de cambios, donde los juguetes físicos parecían perder terreno frente a la inmersión sensorial y dinamismo hipnótico de los videojuegos.

Queriendo mantener su vigencia, LEGO intentó diversificarse lanzando productos fuera de su enfoque tradicional que no lograron conectar con el público, como videojuegos de baja calidad, ropa, relojes y parques temáticos que, en sus inicios, no eran rentables.

Entre estos productos fallidos estaba la línea Galidor, que buscaba competir en el mercado de figuras de acción pero no tenía relación con los clásicos bloques de construcción. Otras incursiones, como la línea educativa LEGO Explore, los videojuegos, los primeros parques LEGOLAND y una colección de ropa, generaron altos costos sin el retorno esperado.

Además, la compañía se encontraba con procesos de producción costosos y complejos debido a la enorme variedad de piezas y modelos en su catálogo.

Esta diversificación excesiva drenó los recursos de la empresa y no logró capturar la imaginación de los clientes. LEGO parecía haber perdido de vista lo que hacía único a la marca: su historia y la sencillez y el poder de sus ladrillos plásticos.

Jørgen Vig Knudstorp –quien asumió como CEO de LEGO en 2004– entendió que la clave para actualizar la empresa y mantenerla vigente en el actual mundo digital no estaba en alejarse del pasado, sino en reencontrarse con él.

Bajo su dirección, LEGO adoptó el lema “Back to the Brick” o “Volver al ladrillo“; una frase que no solo era un eslogan, sino una declaración de identidad y una forma de reconocer que se habían desviado demasiado de su propósito original.

Volver al ladrillo” significaba regresar a la simplicidad, a la esencia, a la idea de que un set de coloridos bloques plásticos puede convertirse en cualquier cosa que un niño (o un adulto) imagine. Significaba entender que lo digital no tiene que reemplazar lo físico, sino complementarlo. Que la libertad de poder construir, deconstruir y volver a construir, es el alma de LEGO.

Cuando LEGO volvió a esta idea central, no solo resucitó comercialmente, sino que reavivó su propio espíritu. Se recortaron costos, se redujo la variedad de piezas a producir y se centraron en productos clave.

La colaboración de LEGO con franquicias icónicas como Star Wars y Harry Potter fue un punto de inflexión en su estrategia para reconectar con el público y superar la crisis financiera de los años 2000.

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Estos acuerdos permitieron a LEGO combinar la creatividad inherente a sus bloques con historias ya queridas por millones de fanáticos en todo el mundo. A través de estas colaboraciones, LEGO lanzó sets de construcción que permitían recrear objetos y momentos icónicos de las películas, como el Halcón Milenario y la Batalla de Hoth en Star Wars, la Torre de Astronomía o el Gran Comedor de Hogwarts en Harry Potter.

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Estos productos no solo atrajeron a niños, sino también a adultos coleccionistas y entusiastas de estas sagas, abriendo nuevos mercados y fortaleciendo la conexión emocional con la marca.

LEGO Batman es uno de los personajes más populares dentro de la línea de LEGO y un ejemplo perfecto de cómo la marca se ha reinventado colaborando con franquicias icónicas. LEGO comenzó a asociarse con DC Comics a mediados de los 2000, lanzando sets de construcción basados ​​en el universo de Batman, lo cual atrajo tanto a niños como a fanáticos adultos de los cómics y superhéroes.

El personaje de LEGO Batman cobró aún más vida con la llegada de las películas de The LEGO Movie (2014) y su propio spin-off, The LEGO Batman Movie (2017).

A pesar de las dificultades iniciales de los primeros LEGOLAND, su gestión mejoró tras la colaboración con Merlin Entertainments, lo que permitió su crecimiento sostenido.

Hoy en día, LEGOLAND cuenta con múltiples ubicaciones alrededor del mundo, incluyendo Estados Unidos, Europa, Asia y Oriente Medio, atrayendo millones de visitantes anualmente.

Además, los resorts LEGOLAND amplían la experiencia con hoteles temáticos que llevan la magia de LEGO incluso a las habitaciones. En este sentido, LEGOLAND FLorida Resort es una maravilla.

Este éxito se debe a la combinación del legado de la marca, la narración inmersiva y la capacidad de conectarse con varias generaciones, convirtiendo a LEGOLAND en un destino turístico emblemático y una extensión perfecta de la esencia creativa de LEGO.

La fortaleza de LEGO no está en los videojuegos ni en los proyectos periféricos, sino en su historia. Está en las manos de cada niño y adulto que alguna vez ha unido esos bloques para dar forma a un edificio, un castillo o una ciudad, un camión, un auto o una nave espacial.

No es solo un juguete; es una herramienta para contar historias, para construir sueños. Una metáfora de la creatividad sin límites. En su esencia, LEGO ofrecía algo que la tecnología digital difícilmente podía replicar: la magia de lo tangible, la satisfacción de ver y tocar el propio mundo imaginario.

En el acto de ensamblar ladrillo tras ladrillo, no solo construimos una estructura, sino que también tejemos una narrativa. Cada set es el comienzo de una historia que viene con un manual de instrucciones, pero que pronto se transforma en infinitas oportunidades de imaginar nuevas combinaciones, personajes y aventuras. Porque, en el fondo, LEGO no trata de bloques para armar; trata de posibilidades.

Así, la historia de LEGO, y la de quienes juegan con LEGO, sigue creciendo, pieza a pieza, generación tras generación, en un mundo donde la imaginación nunca deja de expandirse.

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Jesus Osilia

Con más de 30 años de experiencia en diversos sectores, mi trayectoria profesional ha estado relacionada con la venta de productos y servicios, marketing digital y control de procesos operativos y logísticos. Mi formación en logística y administración empresarial se complementa con una pasión por el copywriting y el storytelling.

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